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7 tropezones financieros que hay que evitar

Esta es la forma de evitarlos o cambiar de rumbo 

Karen Mendelsohn comenta que una simple equivocación la hizo más consciente de cómo los pequeños descuidos pueden tener un gran impacto.

Mendelsohn, a los 36 años, era una empleada administrativa en una universidad y sus hijos tenían 4 y 7 años, cuando su esposo Harold murió de un ataque al corazón a los 40 años.

Ella descubrió muy pronto que su esposo no había actualizado la designación de beneficiarios en su plan de jubilación después de casarse con ella. De hecho, los beneficiarios eran sus padres, que planeaban reclamar la cuenta de $100,000.

Para arrebatarles la herencia a sus suegros, Mendelsohn tuvo que demandarlos y comprobar que su esposo tenía la intención de nombrarla como su beneficiaria. Al final consiguió que por orden de la Corte se le otorgara el dinero a ella. Ahora Mendelsohn advierte a toda la gente que conoce que revisen sus designaciones de beneficiarios con regularidad.

Fue muy traumático lidiar con esto para empezar, pero además tener que preocuparme por el futuro de mis hijos fue terrible y aterrador”, recuerda Mendelsohn ahora que tiene 57 años y reside en Dix Hills, N.Y.

Nadie es perfecto

Todo mundo comete errores financieros, y algunos son inevitables cuando la gente está en situación económica difícil. Pero los tropezones y los errores de cálculo pueden ser muy costosos a la larga o dañar a su familia sin querer cuando usted ya no esté aquí. Recientemente, cuando Consumer Reports llevó a cabo una encuesta representativa a nivel nacional sobre los hábitos financieros de los estadounidenses, encontramos varias equivocaciones comunes e insidiosas que pueden causar mucho dolor financiero y a veces emocional. Aquí es donde encontramos que los estadounidenses se están tropezando:

No actualizar testamentos y beneficiarios. Ell 86% no había actualizado sus testamentos ni otros documentos de planificación patrimonial en los 5 años previos.

No compartir información con la familia.  Solo en 30% de los hogares ambos esposos sabían los detalles más importantes sobre las finanzas familiares y dónde encontrar la información de las cuentas de banco.

Errores en los planes 401 (k).  Cerca de dos quintas partes de los encuestados habían ahorrado 6% o menos de los ingresos antes de impuestos en cuentas de jubilación de aportación definida, muy probablemente perdiendo las contribuciones gratuitas que igualan los empleadores. El 91% nunca revisó el fondo de gastos dentro de su plan de jubilación, a pesar de que esos gastos juegan un papel muy importante en el rendimiento obtenido por los inversionistas.

Estar asegurados por menos de lo necesario. Apenas el 36% de los propietarios de vivienda habían comprado cobertura extendida en su  póliza que cubriera el reemplazo total del valor de sus bienes o efectos personales. Solo el 20% de los encuestados tenían cobertura complementaria (umbrella) que los protegiera en caso de demandas de responsabilidad civil (liability lawsuits).

No planear en caso de emergencias.  Más del 70% dijeron que no tenían un fondo para emergencias que cubriera entre 3 y 6 meses de gastos básicos de manutención, y el 77% no tenía guardados en un lugar seguro la información financiera importante y de sus contactos.

No checar sus reportes de crédito. De cada 5 encuestados, 4 no revisaron sus tres reportes crediticios al menos una vez al año, aunque son gratis e indispensables.

Administrar mal sus deudas.  Casi una quinta parte de los encuestados tenían deudas rotativas en tarjetas de crédito de al menos $10,000. De los casi un cuarto de los encuestados que tenían deudas por préstamos educativos, el 47% había sacado préstamos privados más costosos.

Si usted ha caído en uno de estos agujeros, no está solo. En una encuesta reciente en línea a los suscriptores de  Consumer Reports Money Adviser, el 62% reportó haber hecho un grave error financiero en algún momento de su vida. De esos, el 63% dijo que el error les había costado $10,000 o más. Y hasta los expertos financieros se equivocan en ocasiones. (Mire el recuadro a continuación).

Pero como verá más adelante, se pueden corregir los malos pasos o al menos mitigar el daño que pueden causar.

1. No actualizar sus beneficiarios

Tal vez el caso de Mendelsohn es extremo, pero no es el único. Eleanor Blayney, una asesora financiera certificada y defensora de los consumidores por la Junta de Estándares en Washington para los Asesores Financieros Certificados, recuerda a un hombre mayor cuyo hijo murió antes que él. El hombre nunca actualizó su testamento para incluir a la viuda y el hijo de su hijo, su nieto. Cuando el hombre murió, ese lado de su familia acabó perdiendo. Historias de la primera esposa dejados como beneficiarios en pólizas de seguros o de jubilación sin querer, son muy comunes.

El 86% de nuestros encuestados dijeron que no habían hecho un testamento ni otros documentos de planificación patrimonial o que no los habían actualizado en los últimos 5 años. Pero aún cuando nada haya cambiado en su vida, debería revisar cada año la designación de beneficiarios en su testamento, sus pólizas de seguro, sus cuentas de inversions y sus planes de jubilación como los 401 (k), recomienda William Losey, un asesor financiero en Wilton, N.Y. Él ha visto casos en que empleados o compañías de inversiones han combinado o actualizado sistemas de computadoras y al hacerlo, han perdido las designaciones de beneficiaros. “No deje la responsabilidad de tener los datos correctos, a su compañía de servicios financieros”, nos recomienda. Cerciórese de que los beneficiarios que haya nombrado en su testamento están coordinados con los que nombró en otros bienes como sus cuentas de jubilación y su seguro de vida, nos dijo Bernard A. Krooks, un abogado especialista en bienes raíces y en leyes para adultos mayores de New York City y Westchester County, N.Y. “El testamento puede dejar todo a los hijos equitativamente, pero el 401(k) puede nombrar a una persona en particular como beneficiario”, comentó Krooks. “Esa es la causa de un número significativo de pleitos cuando la gente fallece”.

2. No compartir información con la familia

Siendo un psicoterapista jubilado que también ejercía como contador público (CPA), George Moskowitz de Bedford Hills, N.Y., tiene una perspectiva única de lo que puede suceder cuando las parejas no comparten lo que saben. La viuda de uno de sus clientes, por ejemplo, se dio cuenta cuando él murió que no sabía casi nada de los negocios de su marido, ni siquiera se sabía el nombre del abogado de su esposo. “El falleció y ella se quedó pensando “Y ahora, ¿qué voy a hacer?” recuerda Moskowitz.

Nuestra encuesta mostró que solo en el 40% de los hogares, saben ambos esposos dónde encontrar los detalles de sus cuentas financieras, las contraseñas requeridas y las llaves de las cajas de seguridad. Solo en 30% de las casas los dos miembros de la pareja comparten también los detalles generales de las finanzas familiares. La muerte del esposo que controla el dinero de la familia puede dejar a los sobrevivientes en una situación difícil para reconstruir el rompecabezas financiero. Una solución sencilla es designar una caja fuerte, archivero o caja de seguridad que guarde todos los documentos importantes y la información para acceder a las cuentas.

La buena comunicación entre las generaciones también puede reducir incomodidades y malentendidos. Sin embargo, solo el 37% de los encuestados que tenían hijos adultos dijeron que les habían revelado a sus hijos dónde encontrar los documentos importantes, las cuentas y las contraseñas. Dos terceras partes de las personas mayores de 70 años dijeron que ya habían tenido esa conversación, pero solo un mísero 35% de los encuestados de 60 años reportaron haberlo hecho. Menos de la mitad de la gente con un padre mayor de 65 años había hablado con sus padres sobre su voluntad al respecto de un poder notarial, el manejo de sus finanzas en caso de incapacidad, la ubicación de documentos importantes de los padres, arreglos para cuidados médicos a largo plazo, o disposiciones en el testamento de los padres.

Los hijos adultos con buenas intenciones que preguntan a sus padres de sus finanzas, se arriesgan a ser vistos como avariciosos de la herencia, y los padres pueden rehusarse a compartir esta información.

Pero los hijos adultos tienen más probabilidad de ganarse la confianza de sus padres y ayudarles a hacer planes si ellos mismos arreglan o ponen en orden sus propias finanzas para empezar.

Entonces, dice Krooks, “Ya se pueden sentar con sus padres y decirles: ‘Nosotros acabamos de hacer esto para hacer las cosas más fáciles a tus nietos. ¿Qué han hecho ustedes, y cómo podemos ayudarlos?’ ”.

3.  Mal manejo de su 401(k)

Cuando entrevistamos a los suscriptores de Consumer Reports que han sido exitosos ahorradores e inversionistas según nuestros perfiles, un lugar común que escuchamos repetidamente fue que había que empezar a ahorrar a edad temprana, invertir consistentemente y poner la cantidad máxima permitida en un plan de jubilación. “Yo contribuía 6% de mi salario a mi plan 401(k), luego lo aumenté a 10% y después a 15%”, nos dijo Dan Baeza de 60 años, ya retirado y residente de Coral Springs, Florida. “Cuando me subieron el salario, la mitad se iba a nuestros gastos y la otra mitad la ahorré”.

Pero en nuestra encuesta, dos quintas partes de los encuestados que tenían un plan 401(k) y planes de jubilación similares dijeron que estaban invirtiendo el 6% o menos de sus ingresos, que es el máximo típico para que el empleador contribuya la aportación máxima. El 6% había suspendido sus contribuciones totalmente. Y menos de un tercio, el 29%, estaban poniendo contribuciones máximas.

El 91% de los encuestados dijeron que no habían revisado las cuotas de sus fondos de retiro y otros gastos. Esto es una lástima. Un estudio llevado a cabo en 2010 por Morningtstar, la compañía de investigación de inversiones, mostró que las tarifas bajas eran el mejor predictor de el desempeño futuro de un fondo. “De lo único que estoy absolutamente seguro es de que mientras más baja sea la tarifa que pago al emisor del producto de inversiones, habrá más ganancias para mí”, nos dijo Burton Malkiel, el famoso autor y profesor de economía.

Afortunadamente, es más fácil que en el pasado comparar los costos de los fondos.  A partir del año pasado, se requiere que los planes 401(k) envíen estados financieros a los inversionistas explicando las cuotas por marketing y por manejo del fondo. Si, por ejemplo, usted va a invertir en fondos de índice, una estrategia que le recomendamos mucho, usted no debería gastar más de $20 por cada $1,000 invertidos, o cerca de 0.2% en cuotas en total.

Dos opciones buenas son Schwab S&P500 Index fund (SWPPX), que cobra solo 0.09%, y otro fondo comparable, el iShares Core S&P 500 ETF (IVV), con costo del 0.07%.

Es notable que un gran porcentaje de los que respondieron a nuestra encuesta de Consumer Reports Money Adviser mencionaron haber hecho errores de inversión muy costosos, como comprar o vender en el momento equivocado.  Siguiendo los consejos de Malkiel, invertir a intervalos regulares y aguantarse a largo plazo, es la medida más segura para evitar esos errores y hacer que su riqueza crezca de forma relativamente segura y sin riesgos.

“La gente trata invariablemente de aprovechar las correcciones del mercado”, subraya Malkiel. “No dejan que sus inversiones con el piloto automático. No hacer eso es fatal”.

4. Subasegurar su casa y su vida

En 2008, cuando el huracán Gustav derribó dos árboles sobre la casa de Denise Porter y Richard Hannon en Baton Rouge, Louisiana, los dos asumieron que su  póliza de seguro de vivienda pagaría para reemplazar el techo y reparar dos cuartos dañados. Pero sup óliza solo pagó el valor en efectivo real de su propiedad, esto es, el reemplazo del costo de la propiedad menos la depreciación. Y así se enfrentaron a facturas de reparación en las “decenas de miles de dólares, según la estimación de Porter. Para economizar, ellos habían dejado de pagar para obtener cobertura de incisos que cubrieran el costo de actualizar su casa con los nuevos estándares de construcción y cubrir los gastos de inflación en el costo de los materiales.

“Estábamos escatimando y quedándonos cortos”, admite Porter.

Solo el 36% de los propietarios de viviendo nos dijo que habían comprado cobertura para el costo de reemplazo, un seguro de vivienda más caro que provee el reemplazo de materiales de calidad parecidos a los de su casa. Y solo el 20% tenía cobertura de protección contra demandas legales.

Desde que liquidaron su reclamación, la pareja vendió su propiedad y compró una casa nueva cercana a la primera. Ahora su  póliza de vivienda incluye cobertura con protección por inflación y para reconstruir con los códigos vigentes. Para reducir la prima de su   póliza subieron el deducible de $500 a $1,000 por siniestro. Tienen también una póliza separada contra viento y granizo patrocinada por el estado, con un deducible de 2% del valor asegurado de la casa cuando la pérdida sea causada por un huracán.

La pareja también compró un seguro federal contra inundaciones por la que pagan aproximadamente $350 al año, aunque su casa no está ubicada en lo que se considera un área propensa a las inundaciones. La Agencia Federal de Manejo de Emergencias (Federal Emergency

Management Agency) estima que más del 20% de las demandas contra inundaciones se dan fuera de las zonas de alto riesgo a inundación.

Otras dos coberturas que no debería pasar por alto son seguro de vida y de discapacidad.

El seguro de vida temporal es más económico que otros tipos. El asesor Losey comenta que los padres de niños pequeños que trabajan deberían comprar al menos 10 veces sus ingresos, pero junto con otro asesor, Blayney, recomienda hablar con un asesor financiero certificado para tener un estimado más sofisticado. Use un corredor de bolsa en línea como Accuquote, SelectQuote, FindMy-Insurance, o LifeInsure.com para comparar varias cotizaciones de primas.

Sus ingresos son su activo o posesión más importante, pero una lesión o enfermedad lo podrían poner en peligro. Por lo tanto, si  su empleador le ofrece un seguro de grupo para discapacidad a largo plazo, cómprelo. Una póliza de grupo complementaria que eleva la cobertura de 40% al 70% de sus ingresos podría costarle en promedio de $150 a $200 al año, dice el Consejo para la sensibilización de las discapacidades (Council for Disability Awareness), un grupo en la industria.

5. No estar preparado para emergencias 

Porter habla de otra medida que ella y su esposo han tomado. Ya que ambos trabajan en negocios relativamente frágiles, Porter de 42 años, vende manualidades cosidas a mano, y Hannon de 48 años, trabaja para un periódico – la pareja han hecho una prioridad, ahorrar para cuando llegue un día difícil. Su cuenta para emergencias contiene el equivalente a un año de gastos de manutención.

Pero la mayoría de los estadounidenses no ahorran ni siquiera la mitad de eso. Entre nuestros encuestados, solo el 29% tenía un fondo para emergencias que pudiera cubrir entre 3 y 6 meses de gastos. En un periodo de desempleo prolongado, este colchón podría ser un salvavidas.

Ahorrar un poco a la vez, digamos $20 a la semana, puede ayudar a tener una reserva de efectivo. Ese dinero debería estar en una cuenta bancaria accesible o en una cuenta de ahorros en una cooperativa de crédito.

6. Ignorar su reporte de crédito

Los consumidores pueden obtener un reporte de crédito gratis de cada una de las agencias de informes de crédito más grandes: Equifax, Experian y TransUnion, en el sitio Web oficial

annualcreditreport.com. Para poder monitorear su crédito de forma más efectiva, recomendamos escalonar sus peticiones de reportes, pidiendo uno cada 4 meses. Pero nuestra encuesta mostró que 4 o más de cada 5 personas, o el 81%, no se molestan en revisar sus reportes de crédito.

Dado que el robo de identidad es el delito que más ha aumentado en todo el país, creemos que no hacerlo es un error. Considere lo que escuchamos de una doctora de North Carolina que descubrió que su gerente en su consultorio le había desfalcado al menos $500,000 de su práctica usando entre otras tretas, tarjetas de crédito que había solicitado bajo el nombre de la práctica. La doctora y su esposo se dieron cuenta muy tarde que habrían podido frenar el fraude si solo hubieran checado sus reportes gratis de crédito. Pero como no habían necesitado pedir dinero prestado en años, no se habían preocupado de esta cuestión.

7. Manejando mal las deudas

Las tarjetas de crédito generan un tipo de deuda al consumidor entre los más costosos: la tasa de interés promedio es de aproximadamente 14.3%, según LowCards.com, un sitio web que compara tarjetas de crédito. A pesar de esos altos costos, casi la mitad de nuestros encuestados que tienen tarjetas de crédito nos dijeron que tienen saldos en sus tarjetas. El 8% reportó al menos un pago tarde en los últimos 12 meses. Casi un quinto de ello, el 18%, nos dijo que han acumulado un saldo de $10,000 o más. Y peor aún, el 13% comentó que pagan solamente el mínimo requerido cada mes. Esa es una estrategia que lo puede encadenar a su deuda por décadas. Si asumimos una tasa de interés del 18%, le tomaría hasta 24 años acabar de pagar una deuda de $2,000 si paga solo el mínimo mensual.

Para empezar a liberarse de ese saldo, considere consolidar su deauda con una línea de crédito de capital sobre su casa. Las tasas en HELOC promedian entre 4 y 5%, según Bankrate.com. Si no tiene una casa o no tiene suficiente capital, considere transferir el saldo a una tarjeta con un interés más bajo. Muchas tarjetas le ofrecen financiar las transferencias de saldo a 0% por 12 a 18 meses, y luego lal tasa subirá a entre 12 a 22%. Es posible que también tenga que pagar una cuota de entrada de 3 o 4% sobre el saldo total.

Concéntrese en retirar su deuda pagando más del mínimo requerido cada mes. Para hacer esto, ponga la cantidad entera que necesitara para pagar sus tarjetas de crédito en una cuenta bancaria aparte para que no se sienta tentado a usar ese dinero para otra cosa. Hasta podría hacer que la cantidad se deposite directamente del cheque de su sueldo.

Jim Henry de 70 años, un ejecutivo de cuidados de salud jubilado en Jacksonville, Florida, dice que empezó a usar esta manera de manejar deudas hace 23 años. Luego de un mal negocio que lo dejó sintiéndose muy mal y con una deuda de $50,000 en tarjetas de crédito, Henry empezó a rastrear sus gastos familiares para retomar el control de sus finanzas.  En 4 años había eliminado sus deudas de las tarjetas, y no ha vuelto a incurrir en más desde entonces. Actualmente, estima que su patrimonio neto es de “más de $1 millón”.

Solo 35% de nuestros encuestados nos dijeron que llevaban un presupuesto, pero tal vez más deberían hacerlo. “Cuando veo para atrás, me doy cuenta que me ayudó a ver dónde estaba financieramente hablando. Si puede atenerse a lo esencial y usa su sentido común, puede salir adelante”, nos dijo Henry.

Hasta los gurus de finanzas personales cometen errores 

David Bach

El autor de “Debt Free for Life” (Libre de deudas para siempre)  y fundador de FinishRich Media Saqué tres tarjetas de crédito y una tarjeta para una tienda de estereos mientras estaba en la universidad. Las usé tontamente para cosas que quería pero que no necesitaba realmente, creyendo que podía cubrir los pagos mínimos. Para cuando me gradué en 1990, ya debía más de $12,000. Todavía me acuerdo lo mal que me sentía cada vez que abría esas facturas. Me tomó dos años pagarlo todo y desde entonces no he vuelto a tener deuda de tarjetas de crédito.

Jane Bryant Quinn

Columnista y autora de finanzas personales En los años de 1980, un vecino nos dijo a mi marido y a mí que iba a invertir en una nueva compañía de pantalones vaqueros. Me encantaron los jeans. Hablamos con su socio, revisamos su plan de negocios e invertimos $25,000. Vaya, pues el socio nos había engañado y nuestro vecino no había compartido toda la información con nosotros. Los inversionistas perdimos todo. No hicimos toda nuestra tarea de investigación, simplemente confiamos en todo los que nos dijeron.

John Bogle

Fundador y exdirector general de The Vanguard GroupCuando empecé a trabajar, hice lo que todo el mundo hacía en los años de 1950: me conseguí un corredor de bolsa. Ese fue el error más grande que cometí jamás. No me llevó a ninguna parte. El corredor me decía que comprar esto y que vendiera aquello. La mayoría de los dividendos fueron malos. Era muy complicado reportar en mi declaración de impuestos. Más de la mitad del tiempo cuando me decía que vendiera, yo debí haber comprado. No he vuelto a invertir en acciones individuales desde los años de 1950.

Experto financiero para el consumidor de radio y televisiónEn 1985 compramos en sociedad un complejo de apartamentos en Miami. Según las leyes de impuestos entonces, con esos negocios se asumía que perderías dinero. Te redituaba $2 en beneficios de impuestos por cada dólar que perdías. En 1986 las leyes fiscales cambiaron. El negocio fue un fracaso y yo tuve que pagar una factura fiscal masiva conocida como recuperación (recapture). Aprendí a no hacer inversiones solo por razones fiscales.

Michelle Singletary

Columnista de finanzas personales de difusión nacional La peor decisión que hice fue ser demasiado conservadora cuando empecé a invertir en el plan 401(k) de mi compañía cuando tenía menos de 30 años. Seguí el consejo de un compañero de trabajo que estaba a 10 años de retirarse y era muy conservador. Me hizo temerosa del mercado de acciones, así que puse casi todo mi dinero en bonos. Y no hice cambios en mi selección por años, así que me perdí algunas épocas muy buenas del mercado de valores.

Eric Tyson

Autor de “Personal Finance for Dummies” (Finanzas personales para los tontitos)Mi peor equivocación fue invertir algunos miles de dólares en una compañía de metales preciosos: IGBE. Sacaba anuncios comerciales en publicaciones conocidas, lo que les daba credibilidad y tenían gente que contestaba muy bien sus líneas telefónicas. IGBE resultó ser un negocio fraudulento que acabo yéndose a la bancarrota. Aprendí una lección muy valiosa –hacer mucha tarea que quiede decir investigar bien antes de invertir en cualquier compañía.

Dave Ramsey

Autor y experto financiero personal en el radio Para cuando yo tenía 26 años, mi mujer y yo teníamos una compañía de bienes raíces valuado en más de $4 millones. Yo era bueno en bienes raíces, pero mucho mejor cuando se trataba de pedir dinero prestado. Había construido una casa de cartas. Pasamos por un infierno financiero y perdimos todo en un periodo de 3 años. Nos demandaron, nos ejecutaron propiedades y finalmente nos fuimos a la bancarrota. Después de eso nos prometimos que nunca más tendríamos deudas y lo hemos cumplido.

Haciéndolo bien: Los lectores dan lecciones de cómo crear riqueza 

La encuesta reciente de Consumer Reports incluyó a varias docenas de suscriptores que reportaron un patrimonio neto por arriba de $1 millón de dólares. Cuando entrevistamos a un puñado de ellos encontramos un tema en común: llevan una vida frugal. Aquí le mostramos cómo hicieron su fortuna tres de ellos:

Ahorros tempranos

Kenneth Maltz de Jericho, N.Y., enseñó música instrumental en escuelas públicas por 34 años y se retiró a los 55 años con un patrimonio neto de más de $1 millón. Él justifica esos ahorros jugosos a una buena pension, hábitos de ahorro y a tener nervios de acero a la hora de invertir. “Lo más importante para mí fue ahorrar dinero desde una edad muy temprana y no saltarse la contribución del cheque del sueldo, pero nunca” dice Maltz, que ahora tiene 64 años. “El segundo lugar de importancia lo tiene haberme dado cuenta que no gastar en un placer pasajero me pagaría con creces muchos años después”.

Maltz nos dice que empezó a invertir cuando cumplió treinta. Siempre guardaba la máxima contribución permitida en un plan de jubilación 403(b) de impuestos diferidos. Sabía que tendría una pensión de maestro lo que hizo más fácil que se atreviera a tomar riesgos al invertir en acciones individuales. “Yo era muy bueno para no atemorizarme cuando el mercado se desplomaba”, nos dijo. “Siempre he pensado que cuando llegan las épocas malas y los dividendos bajan, es el momento de comprar”.

Ahora que Maltz está jubilado, pasa el tiempo tocando el clarinete en bandas que se especializan en Klezmer, que es un tipo de música judía popular. Sus amigos músicos que desdeñaban los trabajos de día ahora expresan su envidia por la libertad financiera que tiene Maltz. “Tuve que rehusar muchos trabajos de música cuando era más joven porque estaba yo enseñando. Pero ahora estoy en mejor posición”, terminó diciendo.

Inversiones sabias

Mary Haskin de Seattle, apostó bien en su futuro cuando empezó a trabajar en Genentech, que entonces era una compañía de biotecnología que empezaba. Pero conservó el dinero que ganó ahí, y lo hizo crecer, usando el viejo sentido común.

“Yo fui el tipo de persona que vivió sin excederse y que siempre planeaba”, dice Haskin de 57 años. Eso significaba que pagaba al menos un pago extra al año en la hipoteca y no tener deudas de tarjetas de crédito

old-fashioned smarts. “Ganaba bastante dinero, pero no necesitaba gastarlo todo”, añade. Haskin fue maestra de secundaria port res años y dejó ese trabajo para convertirse en vendedora farmacéutica. Empezó a trabajar en Genentech en 1997. Conforme fue subiendo de posición en la corporación, fue ganando opciones sobre acciones. A diferencia de otros empleados que vendieron sus opciones, ell alas mantuvo y diversificó. Hace tres años, se retiró con un patrimonio neto de cerca de 5 millones de dólares. Ahora pasa su tiempo con su pareja practicando muchos deportes, actividades voluntarias y otros hobbies.

 A la fecha, más de la mitad del dinero de Haskin está en fondos de ingreso fijo y 16% en acciones de fondos mutuos, con entre 5% y 10% más en acciones individuales. Ella invierte un pequeño porcentaje de su riqueza en inversiones no financieras, incluidas granjas individuales en el medio oeste. Ella le da crédito en parte, a la comunicación estrecha que tiene con su asesor financiero.

Un nicho en bienes raíces

Bob Berkowitz de Crescent City, California, encontró la forma de producir oro con el revestimiento vinílico en las paredes. A los 72 años renta varias casas prefabricadas en la zona rural donde vive y las áreas aledañas. Ha arreglado muchas otras y vendido más. “Invertir en propiedades para rentar en las zonas rurales es muy diferente que hacerlo en áreas metropolitanas o ciudades grandes”, nos dijo. “Tienes que asegurarte que todos los involucrados salgan ganando porque vas a encontrarte con tus inquilinos por todas partes”.

Berkowitz agregó que las casas prefabricadas construidas después de 1985 están bien hechas y son fáciles de rehabilitar. Él no toca una propiedad en la que no pueda generar flujo de efectivo desde el primer día en que la renta. También restaura y revende casas destartaladas y las que han sido embargadas.

Berkowitz estima que el 85% de su patrimonio neto viene de ingresos en bienes raíces. Su Seguro Social y sus inversiones en una compañía de investigación completan el resto de sus ingresos. “Dejé las acciones, bonos, fondos mutuos y otras inversones manejadas por otros hace mucho tiempo. Descubrí que el mejor administrador de mi dinero soy yo”, termina diciendo.

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