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Odisea, la generación que se niega a crecer

Odisea, la generación que se niega a crecer!

Tienen pareja o no, pero no piensan aún en formar una familia. Quieren ganar su propio dinero, pero deambulan de un trabajo al otro o cambian de carrera universitaria sin un horizonte definido. Son la nueva generación odisea, que es como expertos en los Estados Unidos acaban de bautizar a ese grupo de 20 a 35 años que se niega a crecer.

¿Qué es la generación Odisea y cuál es su comportamiento?

  • La generación Odisea es lo que hasta ahora se definía como adolescencia tardía. La palabra «odisea» sintetiza la idea de exploración permanente.  Son adolescentes que entre sus planes futuros no está el criar hijos ni contraer matrimonio. Las prioridades son el éxito profesional y conocerse a sí mismos.
  • Anteriormente nuestros padres se enfocaban en tres objetivos fundamentales: conseguir la estabilidad laboral, encontrar una pareja, y tener hijos. Esta generación posterga masivamente esos tres compromisos. Están en una etapa de búsqueda y exploración permanente.
  • El mundo de redes sociales en el que vivimos te manda un mensaje de exigencia de éxito permanente, el endiosamiento de la juventud y la desaparición de las fronteras: uno, sin moverse de su casa, puede estar hablando con personas de otras latitudes y ese poder atrasa la manera en que la juventud desea vivir.

¿Cómo afecta la economía familiar?

  • Hay que verlo desde dos miradas, (la positiva y la negativa).
    • En los tiempos de antes; nuestros abuelos se criaron entre núcleos muy fuertes donde sus padres decidían por la vida de ellos. A los 20 años les exigían casarse, y hacer una vida de adultos a temprana edad.  Nuestros padres vivieron así y llegaron a los 50… y se dan cuenta de que vivieron un estilo de vida que no saben si era el que querían.  Esa economía era estable porque era la que aseguraba ese chequecito todas las semanas.
    • Sin embargo; la generación odisea no quiere repetir las historias de los padres, no quiere despertar a los 50 y pensar… ¿qué hice con mi vida? y trabajar por 40 horas semanalmente para alguien.  Sus prioridades están en los logros profesionales y el dinero, antes que en generar una dinámica de familia.  Es un miedo con respecto de las responsabilidades propias de la adultez.  Tienen miedo a comprometerse ya sea con la pareja o el trabajo. Temen tomar una opción que implica esforzarse por algo a mediano plazo o para el futuro.
      • Es una noción de pasión ligada al egoísmo, que sólo los padres con poder económico pueden satisfacer… y mantener. Esto puede ser un reto económico muy grande para aquellos padres que deseen retirarse y vivir dignamente.
      • Por otro lado, a estos jóvenes que se identifiquen con esto; les puede traer consecuencias psicológicas negativas como baja autoestima, depresión, ansiedad, etc. Esa inestabilidad les produce un empobrecimiento del concepto que se tiene de uno mismo. Para muchas personas el trabajo supone una señal de identidad. A través de él encontramos un lugar en la sociedad, nos sentimos útiles, nos proporciona un status social y esta actitud por el contrario supone el aislamiento social, encerrarse en sí mismo y a dejar de relacionarse con los demás. Pueden llegar a sentirse inseguros y desvalorizados.

¿Cuál es la solución financiera para esta generación?

  • No podemos destrozar los sueños e ilusiones de nuestros hijos. Enseñarle a sus hijos a elegir libremente y a seguir sus propios caminos puede ser muy bueno; sin embargo, debe ser con límites. Por ejemplo; si tu hijo sigue viviendo contigo en tu hogar, porque no se siente preparado para la vida, tienes una señal de alerta.

La generación odisea tiene muchos más recursos para crear, emerger y salir adelante sin tener que someterse a las directrices y condiciones de vidas pasadas que tanto daño están haciendo en la sociedad. Yo les digo; sean concientes con los gastos y ahorren automáticamente.  Este es un consejo financiero clave para ustedes.  Vean al presupuesto como una guía, no un chaleco de fuerza.  Pónganle precio a su tiempo.  Los jóvenes suelen restarle valor a su tiempo.  Y en un abrir y cerrar de ojos… te puedes ver con un chaleco de deudas y sin salida.

 

 

 

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